Anoche la palabra sobre la que tocaba reflexionar era “muerte”, concretamente la segunda parte. En principio por parte del grupo de preparación el comentario esperado: “¿no había otra?” “como ya hemos hecho la primera parte ¿Por qué no la saltamos y pasamos a la siguiente de la lista?”
Sin embargo, El Señor, que todo lo hace bien, nos tenía preparadas unas lecturas maravillosas, que nos hablaban de vida, de cómo salir y ayudar a salir al hermano de la muerte, de cómo Dios no quiere la muerte del pecador (nosotros), sino que este viva y lo haga “en abundancia”, y de cómo la única manera de salir de la muerte es Jesucristo.
Sab 1, 12-13
Ez 3, 18-21
Rom 7, 14-19
Mt 9, 18-25
Gracias al Señor por